La devaluación del canario: crónica de un colapso tan innecesario como irreversible
Todo vale 50% menos. En sólo un par de horas nos salimos del espectro de “emergentes high yield” hacia un mundo totalmente diferente y muchísimo más cruel y perverso: “mercado en modo distrés”. Toda una pena, totalmente innecesario.
El daño patrimonial que los argentinos se autoinfligieron desde el resultado de las elecciones PASO quedará en la historia económica mundial como el ejemplo más elocuente de irracionalidad evitable. El patrimonio del país es hoy lunes, a dos semanas del evento, 50% menor en todos los frentes.
Todo lo que tengas con excepción de dólar billete vale hoy 50% menos: tu casa vale 50% menos, tu auto vale 50% menos, el valor presente del ingreso de tu trabajo vale 50% menos, tus acciones valen 50% menos, tus bonos valen 50% menos, tu perro en dólares cotiza 50% menos y hasta tu canario colapsó a valores incomprensibles. Incluso, los activos ilíquidos como las propiedades, por ejemplo, han sido aún más castigados por una sencilla razón: es imposible transaccionarlos a precios coherentes, sencillamente, la demanda desapareció por completo y en principio, un activo que no puede venderse, simplemente, no vale nada.
La destrucción de valor en estos 10 días hábiles post PASO quedará en los libros de la historia económica mundial. Nunca en la historia una sociedad voluntariamente decidió autogenerarse semejante daño, lo cual debe ser respetado porque ha sido una decisión democrática y popular. Justo cuando estábamos llegando a la orilla, rompimos todo otra vez mas y lo lamentable es que era evitable fácilmente.
No se confundan ni por un segundo. La crisis que siguió a las PASO no tiene nada que ver con la macroeconomía argentina, la misma venía convergiendo mediocremente y de manera africana hacia un equilibrio alcanzable en un breve lapso. La raíz de esta crisis es 100% política. Si el resultado de las PASO hubiera favorecido a Cambiemos hoy el dólar estaría en 42, no en 55. El riesgo país estaría en 600 puntos, no en 2500. Las acciones hubieran subido 30% en vez de colapsar 50%. El valor de activos inmobiliarios estría 10% positivo en vez de haber colapsado a más de la mitad.
Pero, así como este colapso de originen político era evitable también es ahora irreversible. Ningún ajuste por más cruel que se hubiera pretendido hubiera causado semejante dolor en el bolsillo de cualquier argentino, porque de ésta no se salvó ninguna clase social en promedio. Los argentinos desde las PASO decidimos desandar un año y medio de largo sacrificio donde la macroeconomía argentina venía equilibrándose razonablemente bien y estaba a milímetros de pegar la vuelta. Toda una pena y ya no hay marcha atrás, lo hecho, hecho está.
Una indispensable señal de mesura. La Argentina que se viene en las próximas semanas es una donde cada día importa. Dos catalizadores se tornan relevantes en este cortísimo plazo:
1) desembolso potencial de los u$s 5400 millones del FMI,
2) velocidad a la que el BCRA interviene en la curva de futuros. El largo plazo en la Argentina de hoy es el próximo día.
De esta forma, observando la dinámica de activos argentinos, desde el canario hasta los bonos globales, los mismos después del colapso de estas dos semanas quedaron en limbo a la espera del próximo shock. Habrá varios shocks en esta Argentina donde el largo plazo es mañana mismo.
El primero de todos estos será el desembolso potencial del FMI de septiembre de este año por lo que se vienen tres semanas muy intensas con altísimo tono político. En esta coyuntura y dadas las circunstancias caóticas en las que quedamos, es muy razonable el manejo monetario y cambiario que el equipo del BCRA está realizando actualmente. Con confianza renovada a partir de señales políticas de todos los frentes, repito, de todos los frentes, oficialismo y oposición, todo resulta posible. A un sistema económico sin confianza sólo le queda el destino del caos, aquí y en la China. Sin confianza nada, ni lo más básico en economía resulta posible.
Entonces, es absolutamente indispensable recuperar dicha confianza sobre la base de señales coherentes de todo nuestro arco político. El bienestar de 42 millones de ciudadanos depende más que nunca de ello. Si la clase política comienza a dar señales sistemáticas de prudencia, el mundo lo entenderá y nos dará un necesario e indispensable alivio.
Ninguna señal económica calmará esto. Resulta indispensable una señal política. De caras a octubre, el macrismo y el peronismo deben juntos enviar un mensaje al mundo que nos está mirando atónito y ante una incertidumbre que se vive como infinita, no hace otra cosa que triturarnos cotidianamente. Sólo con una mínima señal de moderación de Argentina hacia el mundo, los activos locales deberían recuperar mínimamente 50% del valor perdido. El mundo espera solamente una pequeña señal de mesura, con eso alcanza para sacarnos de la locura y llevarnos al drama de un país colapsado por riesgo político. Existe la posibilidad de que el mercado se pegó una sobrerreacción gigantesca, una histórica a nivel mundial. El grado de mesura y moderación de los meses que se vienen determinarán si esto fue sobrerreacción o la anticipación de una dinámica que no hará otra cosa que devorarnos. Otra vez más, depende de nosotros. Y si lo hacemos bien, por ahí el canario vuelve a cantar desde su jaula.